Mucha gente jura por el comprar de vehículos nuevos. Es comprensible, sobre todo para los que saben mucho de coches. Sin embargo, no todo el mundo puede permitirse comprar un vehículo nuevo con regularidad. Afortunadamente, hay una forma de conseguir vehículos como nuevos a un precio inmejorable: los concesionarios.
Desde el exterior: un vehículo que parece nuevo
Al principio, podemos pensar que un vehículo de segunda mano, aunque haya sido repintado, nunca tendrá el aspecto de un vehículo nuevo. Nos imaginamos un coche usado como algo necesariamente desgastado o dañado, con impactos en la carrocería o una pintura algo menos brillante. Sin embargo, estos prejuicios no siempre son ciertos. Algunos proveedores de servicios no quieren vender vehículos con descuento a sus clientes. Por el contrario, intentan cuidar al máximo cada coche recuperado para dar la ilusión de que está como nuevo. A menudo, estos entusiastas del automóvil tienen éxito, y los resultados pueden ser impresionantes. Muchos expertos podrían equivocarse al pensar que se trata de un coche nuevo. Nadie quiere conducir un vehículo que parezca poco cuidado y descuidado desde el exterior. Por eso los concesionarios se esfuerzan por dar una segunda juventud a los vehículos que recuperan. Si quiere hacerse con un coche en buen estado, con un aspecto impecable, esta es la dirección en la que debe empezar a buscar.
Un vehículo fiable que no le dejará tirado en el camino
Aunque la apariencia de un vehículo es muy importante, sobre todo cuando se trata de un coche usado, no hay que descuidar lo esencial: el estado de los componentes internos, como el motor, por ejemplo. En efecto, de ellos depende su seguridad y la de todos sus allegados que un día se convertirán en sus pasajeros. Es fundamental que un vehículo de segunda mano funcione bien y, sobre todo, que lo haga durante mucho tiempo. Nadie quiere tener que cambiar su coche cada año, ni sufrir averías regularmente. Si algunas personas tienen miedo de los coches usados, es principalmente porque los costes de las reparaciones pueden llegar a ser rápidamente desorbitados, y hacen que este tipo de vehículos no sean tan rentables a largo plazo. Pero al tratar con un concesionario de confianza, no tendrá que preocuparse por este tipo de problemas. Los vehículos suelen estar garantizados durante largos periodos de tiempo, lo que minimiza en gran medida el riesgo de tropezar con una mala oferta. Comprar un vehículo tan fiable como si fuera nuevo no tiene precio.
Un socio que no intente estafarte
Cuando compra un coche, ya sea nuevo o usado, hace bien en fijarse en su estado. Pero la relación que se establece con el vendedor es igual de importante. Si la transacción no se lleva a cabo en un ambiente de confianza y transparencia, pronto tendrá la impresión de que hay gato encerrado. Y al final, aumentará las posibilidades de que le estafen. Por desgracia, el sector del automóvil está plagado de vendedores y mecánicos que son notoriamente deshonestos. Es fácil para ellos estafar a la gente, especialmente a los que no entienden mucho de coches a nivel técnico. Pero hay concesionarios que se esfuerzan por disipar esta mala reputación. Si elige comprar un vehículo de segunda mano en un concesionario de confianza, notará inmediatamente la diferencia. No tendrá dudas sobre la calidad del vehículo y podrá preguntar con sinceridad. Trabajar con una empresa fiable y honesta es un lujo poco frecuente en el mercado automovilístico francés.
Al final, el ahorro en todos los niveles
La perspectiva de obtener un vehículo fiable y como nuevo de una empresa de confianza es atractiva para la mayoría de los compradores potenciales. Pero el último parámetro que también debe tener en cuenta a la hora de tomar la decisión final es el criterio económico. Cuando quiere comprar un vehículo de segunda mano, sea cual sea su calidad y estado, es porque quiere ahorrar dinero y no tiene necesariamente los medios para invertir en un vehículo nuevo. En este sentido, el agente de automóviles es el proveedor de servicios que le ofrecerá la mejor relación calidad-precio. En general, los concesionarios tienen una amplia selección de vehículos y una gama de precios bastante amplia. Con ellos, no es cuestión de arruinarse con un vehículo, o de conseguir un vehículo barato cuyo precio pronto se duplicará o incluso triplicará en unos años como resultado de las reparaciones y las visitas al taller. Por ello, su oferta se dirige principalmente a los particulares que desean ahorrar dinero invirtiendo en un vehículo fiable y duradero.